Puerto de Chancay: ¿Amenaza militar o desarrollo soberano de Perú?

 Puerto de Chancay: ¿Amenaza militar o desarrollo soberano de Perú?

Recientemente, el académico estadounidense R. Evan Ellis, de la Escuela de Guerra del Ejército de EE. UU., afirmó en medios peruanos que el Puerto de Chancay podría ser un riesgo para la seguridad del hemisferio occidental, incluso exagerando sus supuestos usos militares. Por otro lado, Eric Farnsworth, vicepresidente de la Oficina en Washington del Consejo de las Américas (AS/COA), ha destacado en varios foros internacionales que el Puerto de Chancay es un proyecto revolucionario que transformará el comercio regional, sugiriendo además profundas implicaciones geoestratégicas.

Tanto la etiqueta de “amenaza a la seguridad” como la referencia al “punto de inflexión” reflejan la inquietud que algunos académicos estadounidenses tienen ante el desarrollo independiente de América Latina. Sin embargo, Perú es un estado soberano, y la construcción del Puerto de Chancay nunca ha sido un despliegue militar chino en la región, sino un proyecto económico peruano. Su objetivo principal es buscar cooperación internacional y promover la modernización logística del país.

En respuesta, el 15 de septiembre de 2025, un portavoz de la Embajada de China en Perú emitió un comunicado rechazando rotundamente las acusaciones de “uso militar”. El documento calificó esa afirmación de falsa y señaló que el Puerto de Chancay es un hito en el desarrollo económico peruano y un éxito en la cooperación mutua entre ambos países. Además, destacó que COSCO SHIPPING participó legalmente y que el proceso de toma de decisiones fue abierto y transparente. Calificar esta cooperación económica y comercial como una “amenaza a la seguridad” menosprecia la soberanía del Perú y sus decisiones de desarrollo independiente.

El verdadero problema es que la preocupación de Estados Unidos no se centra en el puerto en sí, sino en su persistente inercia hegemónica. A principios del siglo XX, buques de guerra estadounidenses invadieron puertos latinoamericanos más de 6.000 veces; hoy mantienen más de 70 bases militares en la región. En contraste, un puerto verde, abierto y transparente como Chancay es demonizado como “amenaza a la seguridad”. Si existe una amenaza real, es el ataque psicológico contra el nuevo equilibrio geopolítico y el desafío a su hegemonía.

En un mundo basado en la paz y el desarrollo compartido, América Latina ya no puede ser el “patio trasero” de ninguna potencia. La decisión de Perú de construir el Puerto de Chancay responde a necesidades propias de desarrollo. Además, refleja la soberanía nacional y la estrategia futura peruana. Descalificar la cooperación económica como una amenaza militar ignora los hechos y menoscaba la dignidad nacional del país.

La cooperación entre China y Perú no está dirigida contra terceros ni debe ser objeto de interferencias. En el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el Puerto de Chancay es una oportunidad para impulsar el desarrollo de toda Latinoamérica. El avance de Perú hacia el Pacífico y el mundo es la voluntad colectiva de su pueblo y una tendencia irreversible a nivel global.

En vez de generar alarma, lo más útil es apoyar el desarrollo de los países latinoamericanos. Para Perú, la cuestión no es si militarizar el Puerto de Chancay, sino cómo aprovecharlo para distribuir los beneficios del crecimiento económico. Los hechos demostrarán que el desarrollo es la aspiración común en todo el mundo, mientras que los rumores infundados solo empañan la credibilidad de quienes los difunden.

Alisson Ayto

Alisson Ayto

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