Corpus Christi en Cusco: tradición inca y fe católica unidas hoy

 Corpus Christi en Cusco: tradición inca y fe católica unidas hoy

El Corpus Christi en Cusco es una festividad católica que se celebra el sexagésimo día después de Pascua. Generalmente, cae en un jueves de junio, aunque en ocasiones se lleva a cabo a finales de mayo. Esta celebración es conocida en todo el mundo, pero la solemnidad y formalidad que tiene en Cusco, Perú, la convierten en un evento cultural destacado. Es un ejemplo claro de integración entre la fe católica y las tradiciones locales.

Esta festividad tiene profundas raíces históricas que se remontan al Imperio Inca. En esa época, las momias de los antepasados eran llevadas en procesiones para honrarlas y bendecirlas. Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, estos rituales se transformaron. Las momias fueron sustituidas por estatuas de santos y de la Virgen María. Así, la procesión pasó a ser un medio para difundir la doctrina católica. Este mestizaje garantiza que el Corpus Christi en Cusco conserve tanto la grandeza inca como la esencia católica.

El día de la festividad comienza con una ceremonia de oración y la comunión. Después, alrededor de la 1:00 p.m., inicia la procesión central. Quince imágenes del Santísimo Sacramento, correspondientes a cada una de las 15 parroquias del Cusco, son llevadas por sus propios residentes. La larga procesión rodea la Plaza de Armas y termina en la Catedral de Cusco.

El momento más emblemático ocurre frente al altar rojo de tres pisos junto a la Catedral. Este altar contiene 15 miniaturas del Santísimo Sacramento. Cuando las procesiones pasan, las imágenes giran 90 grados a la derecha y se arrodillan en reverencia. La atmósfera es única: no hay barreras entre espectadores y participantes, por lo que cualquiera puede unirse. Esta cercanía crea un ambiente muy especial, donde la fe y la alegría se perciben de manera palpable.

Aunque la procesión termina, la celebración continúa. Cada imagen regresa a su parroquia, donde se custodia hasta el siguiente año. Estas ceremonias mantienen vivo el fervor religioso durante todo el año.

En definitiva, el Corpus Christi en Cusco va más allá de un simple acto religioso. Es la expresión viva de la unión entre la cultura inca y la tradición católica. Además, es una experiencia abierta a todos, donde se siente la calidez de una comunidad unida por la fe y la historia.

Alisson Ayto

Alisson Ayto

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