Perú en crisis: seguridad, salud y política en punto crítico

Perú atraviesa una etapa crítica marcada por desafíos en seguridad social, desastres naturales, salud pública y estabilidad política. La vida cotidiana y el desarrollo nacional están en riesgo, lo que exige respuestas urgentes y coordinadas de las autoridades.
La inseguridad ciudadana es una de las mayores preocupaciones en el país. Los delitos violentos, como el reciente tiroteo en el Barrio Chino de Lima, reflejan una tendencia alarmante. Este tipo de hechos no son aislados. La presencia de organizaciones criminales en zonas estratégicas como el Puerto de Chancay agrava el panorama. La debilidad de las fuerzas del orden y la falta de recursos dificultan la lucha contra la delincuencia. Además, la desigualdad social y la brecha económica favorecen el crecimiento del crimen organizado.

Perú enfrenta constantes amenazas por desastres naturales. El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología ha emitido alertas por lluvias intensas, vientos y deslizamientos en varias regiones. Más de 2,5 millones de personas están en riesgo por huaicos e inundaciones. Además, los terremotos recientes en la costa sur han generado temor y pérdidas humanas. Estos eventos revelan deficiencias en los sistemas de alerta temprana, rescate y reconstrucción. La falta de planificación y recursos complica la recuperación de las zonas afectadas.
El sistema de salud pública muestra signos de vulnerabilidad. El reciente repunte de COVID-19 en La Libertad, con cientos de casos y fallecimientos, evidencia deficiencias en la promoción de la vacunación, especialmente en adultos mayores y grupos vulnerables. Además, existen limitaciones en la capacidad de diagnóstico y atención médica. Aunque el presupuesto de salud para 2025 ha aumentado, los retos persisten en cobertura y calidad de los servicios.

La estabilidad política en Perú está en entredicho. La aprobación de la presidenta Dina Boluarte es extremadamente baja, con el 93% de la población insatisfecha. Las causas principales son la gestión deficiente de la seguridad pública, errores económicos y la falta de respuesta ante protestas sociales. Esta situación ha generado una crisis de confianza entre la ciudadanía y el gobierno, dificultando la implementación de políticas efectivas.
Medidas urgentes y el camino hacia la recuperación
Frente a este escenario, el gobierno debe priorizar acciones concretas y sostenidas. Es fundamental fortalecer la seguridad pública, invertir en equipamiento y capacitación policial, y promover el desarrollo socioeconómico para reducir la raíz del delito. En materia de desastres, urge mejorar los sistemas de alerta, rescate y reconstrucción. En salud, es clave ampliar la cobertura de vacunación y reforzar la infraestructura sanitaria. A nivel político, se requiere restablecer la confianza, mejorar la toma de decisiones y responder a las demandas ciudadanas.
