Marcha de la Generación Z en Lima: disturbios y represión dejan heridos

 Marcha de la Generación Z en Lima: disturbios y represión dejan heridos

Miles de jóvenes de la llamada Generación Z protagonizaron manifestaciones masivas en Lima durante los días 20 y 21 de septiembre de 2025. Las protestas iniciaron en la Plaza San Martín y se extendieron por las principales avenidas de la ciudad. La convocatoria, organizada principalmente a través de redes sociales, reunió a estudiantes, gremios de trabajadores, colectivos ecologistas y grupos ciudadanos con un malestar común: rechazo al Gobierno de Dina Boluarte y al Congreso de la República.

El detonante central fue la reciente Ley N.º 32123, que obliga a los jóvenes mayores de 18 años a afiliarse a una AFP o a la ONP. Los manifestantes consideran esta reforma previsional injusta y desproporcionada, pues afecta a quienes enfrentan empleos precarios y salarios bajos mientras favorece a las administradoras de fondos de pensiones. Además, repudian la corrupción, la inseguridad y una política percibida como distante y represiva.

La marcha fue pacífica al inicio, pero con el avance del día se registraron enfrentamientos con la Policía Nacional del Perú (PNP). Las autoridades montaron un fuerte dispositivo para bloquear el paso hacia el Congreso, particularmente en la avenida Abancay. Para dispersar a los manifestantes, la PNP usó bombas lacrimógenas y escudos de defensa, que causaron momentos de caos y tensión. Varios manifestantes, periodistas y policías resultaron heridos durante la represión.

Denuncias en redes sociales narraron que algunos jóvenes quedaron “secuestrados” dentro de la Plaza San Martín, siendo evacuados uno por uno bajo supervisión policial para evitar daños mayores. A pesar del cerco, cientos de personas continuaron llegando portando pancartas, banderas y símbolos culturales de resistencia.

Los jóvenes exigen transparencia, justicia social y garantías para ejercer el derecho a la protesta sin temor a la represión. Esta movilización evidencia el malestar hacia un sistema político que ignora a la juventud y prioriza intereses tradicionales. Las manifestaciones de estos dos días mantienen activa la agenda social en Lima y otras ciudades, pues también se anunciaron marchas simultáneas en Piura, Trujillo y Puno. La protesta juvenil destaca por su alcance y la combinación de múltiples reclamos sociales, marcando un momento clave en la voz de la juventud peruana.

Este segundo día de manifestaciones terminó con un claro saldo de violencia y heridos, pero también consolidó la determinación de la Generación Z, que reclama un cambio profundo en la política y la sociedad del país. La protesta continúa y el país observa atentos.

Frente a estos hechos, es imprescindible fomentar más espacios de participación ciudadana plena. Solo así se podrá construir un Perú más justo, inclusivo y solidario, donde las políticas respondan a las necesidades reales de la población, especialmente de las nuevas generaciones. La Marcha de la Generación Z debe abrir el camino a un diálogo sincero y a reformas profundas que incluyan a todos.

Alisson Ayto

Alisson Ayto

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