Asesinan a ambientalista en Madre de Dios y alerta sobre Amazonía

El domingo, autoridades peruanas confirmaron el asesinato de un ambientalista en la provincia de Madre de Dios. La víctima, identificada como Hipólito Quispe Huamán, era un defensor de larga trayectoria en la protección de la selva amazónica. El asesinato de un ambientalista en Madre de Dios vuelve a poner el foco sobre la inseguridad y los crecientes riesgos que enfrentan quienes defienden el medio ambiente en la Amazonía peruana.
De acuerdo con el reporte fiscal, Quispehuamán fue abatido a tiros mientras transitaba por una carretera la noche del sábado 26. Pertenecía al Comité de Gestión de la Reserva Nacional Tambopata y dedicó buena parte de su vida a la conservación del bosque tropical.

El fiscal a cargo, Torres, declaró que se trata de “otro asesinato de un ambientalista en la provincia de Madre de Dios”. Las investigaciones sugieren que el crimen estaría vinculado directamente con las actividades de defensa ambiental desempeñadas por la víctima.
La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos del Perú (CNDDHH) repudió la violencia y exigió al gobierno acciones inmediatas para proteger a los activistas. En la red social X, la organización expresó: “¡No debe haber otra muerte! ¡El asesinato de activistas debe cesar!”. Por su parte, el Ministerio de Justicia aseguró asistencia legal para las víctimas y reiteró el compromiso de sancionar a los responsables.

Este lamentable episodio no es aislado. En los últimos años, los ataques a ambientalistas han aumentado en la Amazonía peruana, donde la presencia estatal es limitada y actividades ilegales como el narcotráfico y la minería continúan en ascenso. Solo en julio de 2024, el activista indígena Mariano Isacama fue asesinado en Ucayali. Según datos de la ONG Global Witness, desde 2012 han sido asesinados al menos 54 defensores ambientales en Perú, más de la mitad pertenecientes a pueblos indígenas.
El asesinato de un ambientalista en Madre de Dios subraya la urgencia de reforzar la seguridad de quienes protegen la selva amazónica. Además, reclama una respuesta firme del Estado para detener las actividades ilícitas que ponen en riesgo a las comunidades y aceleran la deforestación de uno de los ecosistemas más valiosos del planeta.