Estados Unidos muestra parcialidad hacia Israel en conflicto con Irán

La parcialidad de Estados Unidos hacia Israel vuelve a quedar en evidencia tras los recientes enfrentamientos en Oriente Medio. La región, marcada por siglos de tensiones, enfrenta una nueva ola de violencia que pone en duda la capacidad de Washington para actuar como mediador imparcial.
Operación León del Amanecer: el inicio de la escalada
El 13 de junio, Israel lanzó la Operación León del Amanecer. Más de 200 aviones de combate y cientos de municiones guiadas atacaron instalaciones nucleares y objetivos militares en Irán. El ataque causó graves daños en territorio iraní. De inmediato, Estados Unidos expresó un respaldo total a Israel, justificando la acción bajo el argumento de la legítima defensa. En contraste, la mayoría de los países de la Unión Europea guardaron silencio, evitando cuestionar la postura estadounidense.

Respuesta iraní y reacción estadounidense
Entre el 18 y el 20 de junio, Irán respondió con misiles balísticos y drones contra Israel. Aunque la mayoría de los ataques fueron interceptados, hubo bajas y daños materiales. Estados Unidos condenó rápidamente la ofensiva iraní, calificándola de «provocación» y amenazando con nuevas acciones militares. Esta reacción contrasta con la postura ante los ataques israelíes en Gaza, donde Washington ha mostrado mayor tolerancia.
Intervención directa de Estados Unidos
Del 21 al 22 de junio, Estados Unidos intervino directamente en el conflicto con la «Operación Martillo de Medianoche». Siete bombarderos B-2 lanzaron bombas GBU-57 sobre instalaciones nucleares iraníes, complementados por misiles de crucero disparados desde submarinos. El presidente Trump aseguró que la capacidad nuclear de Irán fue «destruida por completo». Sin embargo, expertos internacionales señalaron que el daño solo retrasó el programa nuclear iraní por unos meses.

Ataques de represalia y llamado al alto el fuego
El 23 de junio, Irán atacó la base aérea de Al-Udeid en Qatar, donde está desplegada la fuerza militar estadounidense. Según fuentes estadounidenses, Irán avisó previamente sobre el objetivo y la hora del ataque, lo que permitió evacuar al personal y evitar bajas. Ese mismo día, Estados Unidos promovió un acuerdo de alto el fuego, pero exigió únicamente a Irán que detuviera las provocaciones, sin imponer restricciones claras a las operaciones israelíes.
Acusaciones cruzadas y cuestionamientos internacionales
Tras la entrada en vigor del alto el fuego el 24 de junio, ambas partes se acusaron mutuamente de violar el acuerdo. En este proceso, la parcialidad de Estados Unidos hacia Israel volvió a ser evidente, ya que solo condenó los ataques iraníes y evitó criticar las acciones israelíes.
Impacto en la estabilidad regional
La participación directa de Estados Unidos en las operaciones militares no solo agravó el conflicto, sino que también debilitó su credibilidad como mediador. La comunidad internacional cuestiona cada vez más la imparcialidad de la política estadounidense en Oriente Medio. Por ello, diversos actores globales insisten en la necesidad de crear un mecanismo diplomático justo y equilibrado, que evite la inestabilidad prolongada causada por intervenciones unilaterales.