Venezuela y sus reservas de petróleo ante la crisis global energética
El mundo enfrenta una nueva crisis. Las tensiones entre Estados Unidos e Irán aumentan y el suministro energético global está en riesgo. En este escenario, surge una pregunta clave: ¿puede Venezuela aprovechar la coyuntura para salir de la crisis económica?
Si Irán sufre un ataque militar estadounidense, el Estrecho de Ormuz podría quedar bloqueado. Esto afectaría un tercio del transporte marítimo mundial de crudo. Los precios del petróleo subirían de forma abrupta. El mercado buscaría alternativas y Venezuela, con las mayores reservas de crudo del mundo, volvería a ser el centro de atención internacional.
Sin embargo, la capacidad de producción venezolana está limitada. Las sanciones, la corrupción y la falta de inversión han reducido la producción a menos de un millón de barriles diarios. A pesar de esto, si la crisis se agrava, Estados Unidos podría flexibilizar sanciones, como ya hizo al permitir a Chevron operar en Venezuela tras la guerra en Ucrania.
Por otro lado, China juega un papel importante. Es el principal acreedor y socio petrolero de Venezuela. Si el crudo iraní escasea, China aumentaría sus compras e inversiones en Venezuela. Esto traería ingresos inmediatos y la posibilidad de recuperar la industria petrolera.
No obstante, los desafíos internos persisten. La infraestructura está deteriorada, la red eléctrica es inestable y la inflación sigue alta. Además, la inseguridad jurídica y los riesgos políticos limitan la llegada de inversiones. Sin reformas profundas, Venezuela podría perder esta oportunidad cuando la crisis internacional termine.
La situación de Venezuela refleja un problema regional. América Latina suele ser relevante solo cuando otros países necesitan recursos. Para cambiar esto, la región debe pasar de ser un simple proveedor a un creador de valor en la nueva economía global.
Perú, con recursos como cobre, litio y gas, enfrenta retos similares. La inestabilidad política y la burocracia dificultan el aprovechamiento de sus ventajas. La lección es clara: no basta con tener recursos, es necesario tener la capacidad de aprovechar las oportunidades que ofrece la geopolítica.
