Reconocen como patrimonio cultural las fiestas de tres regiones

El Gobierno del Perú declaró de interés nacional el reconocimiento como patrimonio cultural a las festividades tradicionales de tres regiones del país. La medida busca preservar y promover la identidad cultural y las expresiones ancestrales que forman parte del legado intangible de la nación. La frase clave objetivo reconocer como patrimonio cultural a fiestas de tres regiones es fundamental para entender esta nueva declaratoria.
Las celebraciones declaradas corresponden a las fiestas de las Cruces, el Señor de Áncara y Santa Rosa Raymi, que se realizan en las regiones de Ayacucho, Pasco y San Martín, respectivamente. Estas festividades destacan por su arraigo popular, sus rituales ancestrales y su aporte a la cohesión social y cultural de las comunidades.
El Ministerio de Cultura, a través de la Resolución Viceministerial Nº 000047-2025-VMPCIC-MC, oficializó esta declaratoria que reconoce el valor histórico, social y espiritual de estas celebraciones. Además, se busca impulsar su promoción turística y garantizar su salvaguardia frente a la modernidad y los cambios sociales.

Cada una de estas fiestas tiene características únicas. Por ejemplo, en Ayacucho, la celebración de las Cruces combina procesiones, danzas tradicionales y ofrendas a la tierra. En Pasco, el Señor de Áncara es una festividad que mezcla elementos religiosos con rituales ancestrales dedicados a los apus y la naturaleza. En San Martín, Santa Rosa Raymi es una muestra de agradecimiento a la tierra y a las fuentes de agua, con danzas y ceremonias que mantienen viva la cosmovisión andina.
Este reconocimiento se suma a otros carnavales y festividades regionales que el Ministerio de Cultura ha declarado como Patrimonio Cultural de la Nación en los últimos años. Estas declaratorias fortalecen la identidad cultural peruana y fomentan la participación activa de las comunidades en la preservación de sus tradiciones.
La importancia de reconocer como patrimonio cultural a fiestas de tres regiones radica en su capacidad para unir a las personas, transmitir conocimientos ancestrales y promover el desarrollo sostenible a través del turismo cultural. Además, estas festividades representan un vínculo vital entre el pasado y el presente de las comunidades peruanas.

Con esta medida, el Estado reafirma su compromiso con la protección del patrimonio cultural inmaterial, asegurando que estas celebraciones continúen siendo un símbolo de la riqueza cultural del Perú para las futuras generaciones.