Día Mundial del Vitiligo: claves para diferenciarlo de la psoriasis
El 25 de junio se conmemora el Día Mundial del Vitiligo. Esta fecha busca crear conciencia sobre esta condición autoinmune que afecta la pigmentación de la piel. Sin embargo, es crucial diferenciarla de la psoriasis, otra enfermedad dermatológica que causa inflamación y descamación. Reconocer las diferencias entre ambas es el objetivo para un diagnóstico y tratamiento adecuado.
Vitiligo vs. Psoriasis: Claves para diferenciarlas
Aunque ambas afecciones son autoinmunes y se manifiestan en la piel, sus causas y síntomas son distintos. «El vitiligo y la psoriasis generan un impacto físico, emocional y social en los pacientes. Es esencial identificar correctamente cada una para ofrecer el tratamiento adecuado», explica Claudia Aco, gerente de producto de Dermatología de Sun Pharma Perú.
Para diferenciarlas, la especialista recomienda considerar estos aspectos:
- Apariencia de las lesiones: El vitiligo se caracteriza por manchas blancas bien delimitadas, debido a la pérdida de melanocitos. La psoriasis, en cambio, presenta placas rojas con escamas plateadas e inflamación.
- Síntomas asociados: El vitiligo suele ser asintomático. En contraste, la psoriasis puede causar picazón intensa, ardor, dolor e incluso afectar las articulaciones en casos severos.
- Ubicación en el cuerpo: El vitiligo aparece comúnmente en áreas expuestas al sol, como rostro y manos. La psoriasis se presenta con más frecuencia en codos, rodillas, cuero cabelludo y zona lumbar.
Importancia del diagnóstico y tratamientos innovadores
Ante cualquier cambio en la piel, es fundamental consultar a un dermatólogo para evitar diagnósticos erróneos y acceder al tratamiento correcto. Sun Pharma destaca innovaciones como Ilumya, un medicamento para pacientes con psoriasis moderada a severa. Este tratamiento actúa bloqueando moléculas específicas del sistema inmunológico que agravan la enfermedad.
«Conocer las diferencias entre estas condiciones puede cambiar la vida de quienes las padecen. La educación y el acceso a tratamientos efectivos son claves para mejorar la calidad de vida de los pacientes», concluye Aco.
