Hallan cuerpo de la alférez Ashley Vargas en el mar de Paracas

El hallazgo del cuerpo de la alférez Ashley Vargas en el mar de Paracas, Ica, ha conmocionado al país y reavivado el debate sobre la seguridad y los protocolos en la aviación militar peruana. La joven piloto de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) desapareció el pasado 20 de mayo durante un vuelo de instrucción, y su paradero fue un misterio durante más de dos semanas.
La búsqueda de Ashley Vargas movilizó a la Marina de Guerra, el Ejército, autoridades locales y voluntarios civiles. Finalmente, el 5 de junio, personal especializado localizó los restos de la alférez dentro de la cabina del avión KT-1P, aún sujeta al asiento eyectable y con el cinturón de seguridad abrochado. El hallazgo fue posible gracias al uso de un robot submarino operado desde el buque oceanográfico BAP Carrasco, que rastreó la zona frente a la playa Mendieta, en la Reserva Nacional de Paracas.

Según las investigaciones preliminares, la corriente marina habría desplazado la aeronave desde las inmediaciones de la isla Zárate —donde se registró la última comunicación de Vargas— hasta quedar atrapada entre la vegetación submarina. El accidente ocurrió durante un vuelo táctico, que era el último antes de que Ashley obtuviera su graduación como piloto militar.
La familia de la joven, representada por el abogado José Ocampo, ha expresado su alivio por el hallazgo, pero también su preocupación por las circunstancias del accidente. Ocampo señaló que la alférez podría haber quedado atrapada debido a una falla en el sistema de eyección del asiento, lo que impidió que pudiera abandonar la aeronave antes del impacto. Por este motivo, la familia evalúa presentar una denuncia penal contra la FAP por presunto homicidio simple, exigiendo una investigación exhaustiva sobre el mantenimiento del avión, el funcionamiento de los sistemas de emergencia y la transparencia institucional.

La noticia del hallazgo generó una ola de reacciones en redes sociales, donde miles de usuarios, figuras públicas y congresistas exigieron justicia y respuestas claras sobre lo ocurrido. El congresista Alejandro Muñante fue uno de los primeros en pronunciarse, solicitando una investigación exhaustiva y enviando condolencias a la familia.
La búsqueda de Ashley Vargas también puso en evidencia las limitaciones logísticas de la FAP durante la emergencia y la falta de información proporcionada a los familiares. La Fiscalía de Pisco ha iniciado diligencias preliminares y ha solicitado informes técnicos sobre el mantenimiento de la aeronave y los sistemas de seguridad, incluyendo los pirocartuchos que activan el asiento eyectable.
El caso de Ashley Vargas no solo representa una tragedia personal y familiar, sino que también plantea cuestionamientos sobre la seguridad en la formación de pilotos militares y la transparencia en los procesos de investigación de accidentes aéreos en el país. La sociedad y la familia de la joven esperan que las autoridades esclarezcan los hechos y se tomen medidas para evitar que tragedias similares se repitan en el futuro.