Indecopi vs COSCO: tensión por competencia en Megapuerto Chancay

 Indecopi vs COSCO: tensión por competencia en Megapuerto Chancay

Redacción por Chengzun Pan

El reciente informe de Indecopi que cuestiona la existencia de competencia efectiva en los servicios portuarios del Megapuerto de Chancay ha generado una fuerte reacción, no solo por parte de COSCO Shipping —empresa de capital chino a cargo del proyecto—, sino también dentro de los círculos que desde China observan con atención la evolución de sus inversiones en América Latina.

Desde la perspectiva china, lo ocurrido en Perú es una señal preocupante. COSCO, la empresa que ocupa el cuarto lugar entre las mayores compañías de transporte marítimo de contenedores del mundo, ha invertido casi 1.400 millones de dólares en la primera etapa de una infraestructura que no solo pretende conectar al Perú con Asia, sino convertirse en un nodo neurálgico para la logística marítima del Pacífico sur. El puerto de Chancay no es un proyecto menor; es, para muchos en China, una joya del éxito comercial establecida en la otra orilla del Pacífico y una muestra concreta del impacto positivo de la Iniciativa de la Franja y la Ruta en el continente americano.

Frente a ese contexto, el informe de Indecopi, que sugiere la posibilidad de aplicar regulación de tarifas y medidas de supervisión por parte de OSITRAN, se percibe como un golpe inesperado y, desde ciertos sectores chinos, como una posible manifestación de inseguridad jurídica. El argumento que más se repite es claro: si un país cambia las reglas cuando le da la gana, ¿qué confianza puede ofrecer para nuevas inversiones a futuro?

Más allá del aspecto técnico del informe, hay quienes en China interpretan este giro como parte de una dinámica geopolítica más amplia. No es la primera vez que un proyecto de infraestructura con fuerte capital chino es objeto de escrutinio una vez que comienza a destacar por su magnitud estratégica. El temor, en ciertos círculos de análisis, es que existan presiones externas que busquen frenar el ascenso logístico de China en puntos clave del mapa global. El puerto de Chancay, por su ubicación, por su capacidad proyectada y por su independencia respecto a operadores tradicionales con capital occidental, podría estar en el centro de esa tensión silenciosa.

Por su parte, COSCO ha reaccionado con firmeza. La empresa no solo ha rechazado públicamente el informe, sino que ha anunciado su evaluación de medidas legales, una señal poco común en el lenguaje reservado que suelen manejar las empresas chinas. A la par, se multiplican en medios afines al Estado chino los artículos que recuerdan los beneficios que el puerto traerá al Perú: miles de empleos, modernización de infraestructura, acceso más directo a mercados asiáticos y una proyección de ingresos multimillonarios para el país anfitrión.

Desde Beijing, el puerto de Chancay es visto como mucho más que una terminal de carga. Es una apuesta estratégica para el comercio global, una señal de que China está dispuesta a invertir donde ve estabilidad, crecimiento y cooperación. Por eso, cualquier atisbo de retroceso, ambigüedad o improvisación institucional —como lo perciben algunos actores chinos— se convierte no solo en un obstáculo técnico, sino en una alerta diplomática.

Aunque el gobierno chino siempre menciona su política de “principio de no injerencia en los asuntos internos de otros Estados”, ello no significa que China o las empresas chinas estén dispuestas a aceptar cualquier injusticia. Respetamos las leyes peruanas, pero siempre que sean lógicas y respalden el desarrollo.

Sin necesidad de recordar la frase “El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro” de Antonio Raimondi hace más de cien años, ni de estremecernos con la expresión “¿En qué momento se jodió el Perú?” del recientemente fallecido Mario Vargas Llosa, vale la pena traer a la memoria las palabras del difunto expresidente Alan García: “China no es una amenaza, sino una oportunidad para los países que sepan integrarse a su crecimiento.”

La relación entre China y Perú ha sido tradicionalmente cordial y pragmática. Chancay representa un punto alto de esa relación. Sin embargo, como demuestra este episodio, incluso los proyectos más ambiciosos necesitan más que cemento y dragado para consolidarse: necesitan confianza, visión de largo plazo y un marco legal que no oscile según los vientos políticos del momento.

Chengzun Pan

Chengzun Pan

Noticas Relacionadas

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *