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América del Sur, el continente más distante de China, se encuentra a más de 17,000 kilómetros de Beijing. Si se construyera un túnel desde la capital china hasta el centro de la Tierra, su salida estaría cerca de Buenos Aires, Argentina. Para muchos chinos, Sudamérica es una región poco conocida, limitada a referencias como el fútbol y las alpacas. Sin embargo, su riqueza natural y cultural es extraordinaria y única.
La Cordillera de los Andes, que se extiende a lo largo de la costa del Pacífico desde el sur hasta el norte del continente, es la cadena montañosa más larga del mundo, con más de 8,900 kilómetros de longitud y una altura media superior a los 4,000 metros. Su geografía escarpada presenta enormes desafíos para la construcción de infraestructuras. A pesar de esto, países como Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Argentina han desarrollado ferrocarriles que atraviesan los Andes desde el siglo XVIII. El Ferrocarril Central del Perú se destaca como uno de los más impresionantes.
En Perú, la red ferroviaria abarca un total de 2,021 kilómetros, destacando el Ferrocarril Central y el Ferrocarril del Sur. La ciudad más austral del país, Tacna, cuenta con una línea métrica que conecta con el puerto chileno de Arica. Sin embargo, estas vías están aisladas y no forman una red integrada; cada tramo es operado por diferentes empresas y presenta anchos de vía diversos. Esta fragmentación impide la creación de una red ferroviaria cohesiva similar a la que existió en la dinastía Qing en China.
El Ferrocarril Central del Perú, conocido también como Ferrocarril Central de los Andes, inicia su recorrido en Callao y atraviesa Lima antes de adentrarse en la Cordillera de los Andes. Su construcción fue ordenada por Ramón Castilla en 1845 y se inauguró parcialmente en 1851, convirtiéndose en el primer ferrocarril de Sudamérica.
A pesar de su lejanía geográfica, el Ferrocarril Central ha sido conocido en China durante mucho tiempo. Al igual que en Estados Unidos, Perú reclutó a un gran número de trabajadores chinos para su construcción; más de 100,000 chinos contribuyeron significativamente al proyecto. En 1887, el gobierno Qing envió a Fu Yunlong y otros enviados a inspeccionar diversas regiones del mundo. En 1889, Fu Yunlong llegó a Perú y viajó en tren por el Ferrocarril Central acompañado por el presidente Andrés Cáceres. Su travesía duró 770 días y abarcó más de 60,000 kilómetros.
El ramal Ticlio-Panchaca fue construido para facilitar la explotación minera en Morococha. La estación Tiklio se encuentra a una altitud impresionante de 4,818 metros sobre el nivel del mar; fue el punto ferroviario más alto del mundo hasta la inauguración del tramo Gela del ferrocarril Qinghai-Tíbet en 2006. Este recorrido desde Callao hasta las alturas andinas presenta un desnivel cercano a los 5,000 metros en solo 170 kilómetros.
La característica distintiva del Ferrocarril Central son sus numerosas líneas en espiga. Construido en el siglo XIX con tecnología limitada para mover montañas o rellenar valles amplios, este diseño ingenioso permite maximizar la altura con un espacio mínimo. A diferencia de otras líneas que requieren cambios complicados de dirección, el Ferrocarril Central cuenta con hasta 13 curvas en espiga en su línea principal y hasta 23 en sus ramales.
Hoy en día, al recorrer este ferrocarril que desafía las alturas andinas, se puede apreciar la ambición y determinación de quienes lo construyeron para conquistar la naturaleza y conectar regiones distantes.