Goldin Finance 117: El Rascacielos Abandonado Más Alto del Mundo
En la ciudad de Tianjin, China, se erige un monumento a la ambición y el fracaso: el Goldin Finance 117, un rascacielos de 597 metros que, a pesar de haber sido concebido como uno de los más altos del mundo, ha permanecido abandonado desde 2015. Este imponente edificio, que debía albergar un lujoso hotel y oficinas, es ahora considerado el rascacielos abandonado más alto del planeta.
Un Proyecto Ambicioso
La construcción del Goldin Finance 117 comenzó en 2008, impulsada por el grupo Goldin del multimillonario Pan Sutong, con una inversión privada estimada en 10 mil millones de euros. Desde sus inicios, el proyecto prometía ser un ícono arquitectónico en un nuevo distrito financiero de Tianjin. Sin embargo, la realidad pronto se tornó sombría. La obra fue suspendida inicialmente en 2010 debido a problemas financieros y no logró reanudarse hasta 2011. A pesar de alcanzar su altura máxima en 2015, la falta de viabilidad económica llevó a su abandono definitivo.
Desafíos Estructurales y Económicos
El diseño del Goldin Finance 117, aunque considerado una «maravilla arquitectónica», presentaba serios problemas estructurales. Con una relación altura-ancho de 9.5:1, la torre era extremadamente delgada y vulnerable a los vientos fuertes, lo que generó preocupaciones sobre su estabilidad. Además, su ubicación en Tianjin, lejos de los centros financieros más dinámicos de China, limitó su atractivo para posibles inquilinos e inversores.
Hoy en día, las autoridades locales están considerando la posibilidad de demoler el edificio si no se encuentra un comprador interesado en finalizar el proyecto. Mientras tanto, Goldin Finance 117 se ha convertido en un símbolo de las ambiciones desmedidas y los riesgos asociados con la inversión inmobiliaria en China. A medida que Tianjin enfrenta desafíos económicos y una disminución en el crecimiento urbano, este rascacielos fantasma permanece como un recordatorio tangible de lo que pudo haber sido.
La historia del Goldin Finance 117 resuena no solo en China sino también entre los círculos internacionales que observan con interés el desarrollo urbano y las megaconstrucciones en el país asiático. Su legado es un testimonio de la audacia arquitectónica y las lecciones aprendidas sobre los límites del crecimiento económico.
