Pesticidas en fresas de Perú: Riesgos alarmantes para la salud
La inquietud por la seguridad alimentaria en Perú ha aumentado debido a los resultados de estudios que indican altos niveles de residuos de pesticidas en productos de consumo cotidiano. De acuerdo con el Tercer Monitoreo Ciudadano de Pesticidas en los Alimentos, casi el 50% de los productos analizados en cinco mercados de diversas regiones del país supera los Límites Máximos de Residuos (LMR) establecidos por la normativa nacional.
A esta preocupación se suma un nuevo informe liderado por el abogado y excongresista Jaime Delgado Zegarra, publicado en Salud con Lupa. El 1 de noviembre, Delgado dirigió un análisis en colaboración con el laboratorio Mérieux Nutrisciences, en el que se evaluaron fresas de cinco mercados en Lima y Callao para identificar microorganismos y detectar la presencia de multirresiduos de agroquímicos. Los hallazgos revelaron niveles alarmantes de sustancias químicas que exceden los límites permitidos, lo que representa un riesgo para la salud de los consumidores.
Los mercados seleccionados para este estudio fueron Lobatón (Lince), Mayorista de Frutas (San Luis), Magdalena (Magdalena del Mar), San José (Jesús María) y Minka (Callao). En todos ellos se encontraron fresas con niveles preocupantes de residuos de pesticidas.
En el mercado Minka, se detectaron concentraciones de clorfenapir hasta siete veces superiores a los límites permitidos, así como niveles elevados de fipronil e isocloseram. En Magdalena, el clorfenapir superó los límites en 3.3 veces, mientras que el fipronil alcanzó 1.38 veces más de lo permitido. En San José, el clorfenapir llegó a un nivel crítico al superar 13 veces el máximo establecido; además, el lufenurón presentó 1.7 veces más que lo permitido. En Lobatón, el isocloseram estuvo presente 3.8 veces por encima del límite, seguido por fipronil con 2.1 veces más. En el Mercado Mayorista de Frutas, el clorfenapir se detectó en niveles 3.7 veces mayores a lo permitido, acompañado por profenofos en 1.6 veces más.
El informe subraya la presencia de sustancias altamente peligrosas para la salud humana. El clorfenapir es clasificado como un potencial carcinógeno, mientras que el fipronil es conocido por su toxicidad para la tiroides, riñones y hígado. Aunque el isocloseram ha sido menos estudiado, genera incertidumbre debido a la falta de información sobre sus efectos a largo plazo. El lufenurón puede causar bioacumulación y afectar órganos vitales; por su parte, el dimetoato es reconocido por su toxicidad y su interferencia con las funciones hormonales. Finalmente, el profenofos presenta efectos neurotóxicos que amenazan la salud neurológica de los consumidores.
Jaime Delgado advirtió que «cualquier alimento que supere los Límites Máximos de Residuos establecidos por la norma sanitaria debe considerarse no apto para el consumo humano». Sin embargo, destacó que las medidas sanitarias necesarias para proteger a los consumidores son inexistentes en el sistema actual.
La resolución ministerial Nº 1006-2016-MINSA establece que las autoridades deben garantizar la seguridad alimentaria. Sin embargo, Delgado criticó la inacción de las instituciones responsables: «Nuestros agricultores están abandonados y la falta de fiscalización es una omisión de funciones. Esto no solo representa un problema legal, sino también una amenaza directa a la salud pública», afirmó.
El abogado enfatizó que, a pesar de los recientes estudios, el gobierno no ha tomado medidas concretas para abordar esta problemática. Según Delgado, la falta de supervisión en el uso de agroquímicos sigue siendo una amenaza constante para la población y los agricultores carecen del apoyo necesario para implementar prácticas agrícolas seguras.
El uso excesivo e inadecuado de pesticidas no solo compromete la calidad alimentaria, sino que también introduce riesgos significativos para la salud pública. Los expertos advierten que los residuos químicos en niveles superiores a lo permitido pueden provocar desde intoxicaciones alimentarias hasta problemas crónicos como infertilidad y defectos congénitos. Aunque los pesticidas son útiles para aumentar la producción agrícola, su uso indiscriminado y la elección de productos prohibidos generan consecuencias perjudiciales para toda la cadena alimentaria.