¿Es posible que el Puerto de Chancay se convierta en una base militar china?
El 4 de agosto de 2023, la general Laura Richardson, comandante del Comando Sur de Estados Unidos, expresó sus preocupaciones sobre la expansión de la influencia de China en América Latina durante una presentación en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) en Washington. Richardson señaló que la construcción del puerto de Chancay en Perú por parte de China podría tener un potencial de doble uso. Según sus declaraciones, la infraestructura del puerto permitiría a buques de guerra chinos atracar y reabastecerse, lo cual representaría una amenaza a la seguridad regional y a los intereses de Estados Unidos en el Pacífico.
Aunque representantes de COSCO Shipping Ports Chancay Perú, la empresa propietaria, han enfatizado en repetidas ocasiones que la inversión tiene únicamente fines comerciales y no supone una amenaza a la seguridad de otros países, el Financial Times publicó un artículo el 4 de noviembre titulado “Buques de guerra chinos podrían utilizar el nuevo puerto de Perú, advierte general estadounidense”, que detalla las preocupaciones de Richardson sobre el posible doble uso del puerto de Chancay y su impacto en la estrategia militar de China. Al día siguiente, Infobae informó que Richardson había advertido que esta infraestructura podría convertirse en una base para buques de guerra chinos en el Pacífico, lo cual pondría en riesgo la seguridad regional y los intereses de Estados Unidos. En Perú, medios como El Comercio y Perú 21 han difundido esta preocupación en varias ocasiones.
Por otro lado, el 31 de octubre, el Congreso peruano aprobó con mayoría el despliegue de 600 tropas estadounidenses completamente armadas en Perú del 4 al 24 de noviembre, en el contexto de la cumbre de APEC, que incluirá vehículos blindados y helicópteros militares Black Hawk valorados en más de 60 millones de dólares cada uno. Curiosamente, los principales medios peruanos han mantenido una actitud cautelosa, sin hacer eco de críticas negativas sobre esta medida.
Este contraste en la política de “permitir la presencia militar de Estados Unidos mientras se desconfía de los proyectos comerciales chinos” se hace cada vez más evidente. Aunque China es un socio comercial importante de Perú desde 2013, con una inversión que supera los 32 mil millones de dólares (aproximadamente una cuarta parte de la inversión extranjera acumulada del país), la relación entre ambos países sigue viéndose afectada por la influencia de Estados Unidos sobre la élite peruana. La educación y la cultura estadounidenses han influido profundamente en esta élite, cuyos miembros han crecido viendo producciones estadounidenses y trabajando en empresas norteamericanas. Hoy en día, muchas plataformas de internet y medios de comunicación en la región están bajo control de empresas estadounidenses, perpetuando esta influencia.
A pesar de los intentos de Estados Unidos por obstaculizar las inversiones chinas en Perú, el país sigue siendo una nación con un estado de derecho relativamente sólido. Por tanto, aunque Estados Unidos ha manifestado su inquietud sobre el potencial doble uso del puerto de Chancay, resulta difícil impedir su puesta en marcha si se ajusta a su propósito comercial. Autoridades peruanas y chinas han asegurado que el proyecto es estrictamente comercial, y que las fuerzas armadas peruanas —incluyendo la marina, el ejército y la fuerza aérea— ejercerán su soberanía, impidiendo que cualquier buque extranjero utilice el puerto sin la debida autorización.
Si bien el gobierno y el pueblo peruanos han mostrado una actitud amistosa hacia China, es prudente adoptar una postura de cautela en las relaciones internacionales. Como dice un proverbio: “No debes tener la intención de dañar a otros, pero sí debes protegerte de los demás.”