Crisis del Transporte en Lima: Huelga y Extorsión desatan Caos

 Crisis del Transporte en Lima: Huelga y Extorsión desatan Caos

A medida que la huelga de autobuses, que comenzó hace dos días, se ha intensificado, el transporte público en la mayoría de las rutas de Lima se ha paralizado, causando un grave caos en los desplazamientos hacia escuelas y empresas. El paro integral de la Asociación de la Industria de Autobuses de Lima, que oficialmente inició el 26 de septiembre, ha atraído a decenas de empresas de transporte público y propietarios de automóviles, abarcando el 98% de los vehículos en circulación, lo que ha complicado aún más la situación. En respuesta, el gobierno peruano declaró el «estado de emergencia» en 12 distritos de Lima el 26 de septiembre, movilizando un gran número de policías y militares para mantener el orden.

Aunque a simple vista muchos podrían culpar a las empresas y conductores de transporte público por su falta de ética, la realidad es más compleja. Las pandillas han estado exigiendo durante mucho tiempo tarifas de protección a estas empresas, lo que ha generado una enorme presión sobre la industria y ha limitado su capacidad de operar. La asociación industrial ha informado reiteradamente al gobierno sobre esta situación, pero hasta ahora no ha habido una respuesta efectiva ni una postura clara por parte de las autoridades. Un evento trágico, como el asesinato del joven propietario de un automóvil, Jorge Alexander Ríos, el 23 de septiembre, quien fue ejecutado por no haber pagado a tiempo una tarifa de protección, provocó un fuerte revuelo en la industria y llevó a una huelga unánime. Tras este incidente, el Ministerio del Interior incrementó el control militar y policial en la zona y presentó un proyecto de ley al Congreso para endurecer las penas contra los criminales.

La presidenta peruana, Dina Boluarte, también expresó su preocupación por la creciente extorsión criminal y aseguró que su gobierno apoyaría a los propietarios de transporte público. Sin embargo, queda por ver si otros sectores del gobierno, como el Congreso, la policía y el ejército, se unirán a este esfuerzo. En Perú, si un amigo me dice «no te preocupes» cuando le encargo algo, eso me genera preocupación, ya que muchos problemas requieren soluciones adecuadas y un entendimiento claro de las normas que rigen el sistema.

Tanto el gobierno como la población peruana tienden a olvidar rápidamente. Aunque los medios de comunicación reviven el tema temporalmente y la colaboración entre el gobierno y los propietarios de automóviles pueda permitir el restablecimiento del tráfico, la situación delictiva puede persistir o incluso agravarse si no se implementan medidas preventivas adecuadas. Sin un aumento en la vigilancia urbana inteligente y sin un castigo severo a los pequeños robos, es probable que las actividades criminales continúen en el mismo ciclo.

Alisson Ayto

Alisson Ayto

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