Desmitificando la Pesca China: Verdades sobre el Calamar Peruano
La Guardia Costera de China y la Administración General de la Guardia Costera y Puertos del Perú llevaron a cabo la primera reunión de alto nivel en Beijing el pasado 12 de septiembre. La reunión fue presidida por Yu Zhong, Director de la Guardia Costera de China, y Rodolfo Sabrich, Director de la Administración General de Puertos y Guardacostas del Perú.
Durante el encuentro, ambas partes firmaron un «Memorando de Entendimiento sobre el fortalecimiento de la cooperación en materia de aplicación de la ley marítima» y discutieron futuros intercambios de personal, información, capacitación, visitas a barcos, ejercicios conjuntos y la lucha contra la pesca ilegal, entre otros temas. Se acordó profundizar la cooperación marítima para mantener el orden de seguridad y promover la asociación estratégica entre China y Perú a un nivel superior. Posteriormente, la delegación peruana visitó las unidades de base de la Guardia Costera.
Aunque esta reunión se llevó a cabo con un enfoque técnico y de colaboración, muchos medios peruanos la interpretaron como una queja del gobierno peruano contra la pesca ilegal por parte de China. Algunos consideraron a los barcos pesqueros chinos como intrusos en la economía peruana y al gobierno chino como un actor hegemónico. Sin embargo, estas afirmaciones no reflejan la realidad y, lamentablemente, han ganado popularidad tanto en Perú como en América Latina. Ayer, durante una conversación con un líder de una empresa china, surgió la opinión de un taxista sobre este tema, lo que ilustra cómo se ha filtrado esta narrativa en la sociedad.
América Latina es a menudo considerada el jardín trasero de Estados Unidos, donde la mayoría de los medios están influenciados por capital estadounidense o han recibido apoyo de ciertas instituciones. Además, varios medios peruanos tienen sucursales en EE.UU. Por lo tanto, muchas de las noticias internacionales que consumimos provienen de fuentes europeas y estadounidenses. Esto ha llevado a que los locutores de los medios peruanos carezcan de perspectivas independientes, lo que dificulta una comprensión objetiva de los acontecimientos. La historia colonial de Perú, que se extiende por casi trescientos años, también contribuye a una aversión natural hacia la cooperación con grandes potencias. Sin embargo, la confusión deliberada por parte de algunos intelectuales ha alimentado el resentimiento de la población hacia la inversión extranjera y la cooperación.
Dado que el artículo es limitado, no se entrará en los detalles de la reunión, pero se presentarán algunos datos y hechos para que los lectores puedan analizarlos. Además, se planea realizar un programa en español para que los amigos peruanos conozcan la verdad y el impacto de las actividades pesqueras de China en la economía de América Latina.
Un gran número de barcos pesqueros chinos requiere mantenimiento y reparaciones. Generalmente, los costos de reparación varían entre 10,000 y 50,000 dólares para reparaciones menores, y pueden superar los 500,000 dólares en modificaciones importantes, dependiendo del tipo de barco y el alcance de la reparación. Las empresas de reparación naval en Perú, especialmente las de mediana y gran escala con tecnología avanzada, pueden generar ingresos anuales significativos. Un astillero de tamaño mediano puede costar millones de dólares al año, dependiendo de la cantidad y tipo de barcos que atiende. Por ejemplo, una empresa reconocida en el mercado peruano podría generar entre 5 y 20 millones de dólares al año. Es importante destacar que hay múltiples empresas en Perú que ofrecen este servicio, lo que representa una fuente considerable de ingresos para el país.
Por otro lado, ¿es cierto que la intervención de barcos pesqueros chinos ha causado una drástica disminución en la producción de calamar gigante en Perú? La respuesta es no. Los informes indican que los barcos pesqueros chinos comenzaron a operar frente a las costas peruanas alrededor del año 2000. En 1999, la producción de calamar gigante en Perú fue de 554,000 toneladas, y en 2023 superó las 600,000 toneladas, lo que demuestra que no ha habido una caída en la producción. Además, los barcos chinos cumplen estrictamente con los requisitos de pesca en alta mar, a 200 millas náuticas de distancia, y no violan convenciones internacionales. Aunque algunos barcos pueden ingresar a aguas territoriales peruanas, esto no es representativo de la norma. La dificultad de aumentar la producción pesquera en Perú debería llevar a una reflexión sobre las políticas pesqueras y la necesidad de adoptar tecnologías y métodos más avanzados. Los barcos pesqueros peruanos también cuentan con la ventaja de operar tanto en aguas interiores como en alta mar, por lo que culpar únicamente a los barcos pesqueros chinos parece una justificación insuficiente.
En resumen, no se pretende justificar a los barcos pesqueros chinos, sino simplemente exponer los hechos. Por supuesto, esto no significa que no deban mejorar su autorregulación y los controles, ya que mantener buenas relaciones en las aguas de otros países es fundamental para una convivencia armoniosa.