Deslumbrante Clausura Paralímpica: París Brilla con Música y Fiesta

La ceremonia de clausura de los Juegos Paralímpicos de París se realizó dentro del Estadio de Francia. La celebración fue como una gran fiesta, con actuaciones continuas de destacados músicos franceses de electrónica. La ceremonia comenzó con la interpretación de la famosa canción «Pour un meilleur demain» del célebre cantante francés Johnny Hallyday, a cargo de la cantante francesa Santa.

Después de la aparición del presidente francés Emmanuel Macron y el presidente del Comité Paralímpico Internacional, Andrew Parsons, un trompeta interpretó el himno nacional francés, mientras miles de personas lo cantaban a coro y se izaba la bandera francesa. Posteriormente, las banderas de las distintas delegaciones entraron al escenario mientras se tocaba música en vivo.

En su discurso, el presidente del Comité Organizador de los Juegos de París, Tony Estanguet, agradeció en varias ocasiones a los atletas. «Cada una de sus competencias atrae a más personas, y cada uno de sus éxitos hace que la atmósfera sea aún más vibrante. Cada grito de asombro, cada lágrima, cada corazón valiente, ustedes están cambiando la forma en que la gente ve el deporte y la discapacidad. Gracias a ustedes, la gente ha visto lo que es un mundo inclusivo.»

Se presentó a los seis nuevos miembros del Comité de Atletas del Comité Paralímpico Internacional. Luego, 2000 voluntarios presentes en el recinto recibieron un cálido aplauso y agradecimientos de la multitud.

Ocho bailarines, incluyendo varios con discapacidades, demostraron habilidades de baile de alto nivel en el centro del escenario. Posteriormente, la bandera paralímpica fue entregada a la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, la ciudad anfitriona de los próximos Juegos.

Cuando la canción «Je viens te dire que je m’en vais» de Gainsbourg comenzó a sonar en los Jardines de las Tullerías, con este cierre todos entendieron que los Juegos Paralímpicos de París estaban llegando a su fin. La escena se trasladó al Estadio de Francia y después de ser pasada entre varios portadores, la llama olímpica se apagó y el pebetero principal se extinguió.
El sentimiento de melancolía pronto fue reemplazado por la euforia musical. Con una emocionante actuación de 24 músicos, el lugar fue invadido por música electrónica y se convirtió en una fiesta. Los atletas abandonaron sus asientos y «desfilaron» por todo el recinto mientras la mascota «Phryge» interactuaba por doquier. La celebración de 12 días concluyó así con una gran fiesta.